Luz verde a tramitar una Ley de Lenguas en las Cortes

El pleno de las Cortes ha aprobado esta mañana la toma en consideración de la Proposición de Ley de uso, protección y promoción de las lenguas propias de Aragón que había presentado el grupo parlamentario socialista. PSOE, CHA e IU han votado a favor, PP en contra y el PAR se ha abstenido. A partir de ahora comenzará la tramitación de la proposición de ley con la presentación de enmiendas al texto inicial y la constitución de la Ponencia que deberá debatirlas.

El portavoz socialista, Jesús Miguel Franco, ha comenzado el debate con su exposición de motivos para presentar la iniciativa, a la que ha definido como “un texto moderado y punto de partida para poder llegar a acuerdos en esta Cámara”. Ha explicado que su contenido se articula en torno a los principios de territorialidad, voluntariedad y reconocimiento de las modalidades existentes, y que es respetuoso con la Constitución, el Estatuto y la realidad actual. Franco ha reconocido que el problema de este debate “se centra, no en el aragonés, sino en el catalán, y no precisamente por razones lingüísticas”, y ha pedido a todos los grupos que se debata “con racionalidad”.

El portavoz del PP, Miguel Navarro, que ha tomado la palabra a continuación en el turno en contra, ha afirmado estar en desacuerdo con el espíritu y objetivo de esta ley. Ha criticado su presentación por “inoportunaen un momento de crisis como el actual”, reclamando la presentación de una memoria económica porque “no sabemos cuánto va a costarnos su aplicación ni cuál va a ser su repercusión económica”. Respecto a su contenido, Navarro ha afirmado que “plantea de forma encubierta la cooficialidad” y permitirá que “se extienda como una mancha de aceite el uso del catalán en Aragón”. El portavoz del PP ha afirmado que “el catalán no es patrimonio lingüístico de Aragón” ya que lo que existe son “lenguas vernáculas con peculiaridades que las hacen muy diferentes del catalán normalizado”.

El portavoz de IU, Adolfo Barrena, ha defendido la necesidad de que haya “una ley valiente y efectiva, no timorata, que cumpla con el Estatuto y dé respuesta a los derechos de los ciudadanos”. Barrena considera que el debate en la Ponencia se centrará en “cooficialidad o no”, en la política educativa y en cómo se resolverá el tema de las modalidades lingüísticas en el aragonés.

Por su parte, el portavoz de CHA, Chesús Bernal,  ha tachado de fracaso del Gobierno de Aragón PSOE-PAR el que haya renunciado a remitir a las Cortes un proyecto de ley de lenguas y que haya sido finalmente el grupo parlamentario socialista en solitario quien haya presentado la proposición de ley. “Supone, además, el reconocimiento del incumplimiento reiterado durante 10 años de un compromiso de gobierno expresado por Marcelino Iglesias en innumerables ocasiones desde su primera investidura”, ha afirmado. Bernal ha recordado que en numerosas leyes vigentes aprobadas, también con los votos de PP y PAR, se habla de aragonés y catalán como las dos lenguas propias de Aragón junto al castellano. Y se ha referido a dos anteproyectos de ley de lenguas elaborados en departamentos de Cultura con responsables del PP y el PAR que denominaban a las lenguas por estos nombres. “Ahora el catalán parece que tiene problemas”, ha afirmado el portavoz de CHA.

Finalmente ha hablado la portavoz del PAR, María Herrero, que ha dejado clara su posición desde el principio: “no estamos a favor de esta proposición no de ley, pero estamos a favor de que haya una ley como dice el Estatuto”. Herrero ha justificado así su abstención: “queremos facilitar la tramitación de una ley de lenguas sin que eso signifique que apoyemos y compartamos el texto ni que anticipemos nuestro voto sobre el texto final”. Las enmiendas del PAR, según ha avanzado, incidirán en tres cuestiones: la denominación de las lenguas (“no aceptamos el catalán como término para las lenguas que se hablan en el este de Aragón, no queremos que se llame catalán”); la defensa de las variedades y modalidades lingüísticas para que perduren en el tiempo; y la autoridad lingüística, es decir “quién puede regular las lenguas” (“no aceptaremos que quede la puerta abierta a que sea l’Institut d’Estudis Catalans”).

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